Las carreteras Vista Alegre-Alto Moena, Horizonte, Libertad-Gloria-Corazón y otros caminos rurales de la provincia están prácticamente intransitables debido a las intensas lluvias. La falta de enripiado en varios tramos –o su total ausencia– ha convertido estas vías en lodazales donde el tránsito es un verdadero calvario para los pobladores.
A pesar de que cada año se destinan millonarios presupuestos para su mantenimiento, los trabajos realizados son insuficientes y poco duraderos. Así, el problema se repite temporada tras temporada, mientras las promesas de una solución definitiva solo resurgen en tiempos de campaña electoral.
En esta temporada de lluvias, la situación es crítica. Los habitantes de estas zonas, quienes dependen de estas vías para movilizarse, llevar sus productos al mercado o acceder a servicios básicos, exigen una intervención urgente: un enripiado adecuado o, mejor aún, el asfaltado de estas carreteras.
Paradójicamente, ahora que las vías están en su peor estado, ninguna autoridad se atreve a recorrerlas, a pesar de las reiteradas convocatorias de los afectados. ¿Hasta cuándo seguirán ignorando esta realidad?
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